Adios inocencia, te echare de menos...

En una tarde lluviosa... Salió de mi esa niña que tenía, esa persona que formaba parte de mi ser...

El corazón de la niña que fuí se helo para siempre, sus pies vuelan por otros mundos... pisan las hojas muertas, su corazón se seco, sus lagrimas caen por su rostro... viendo su muerte llegar, viendo la mujer en que se convirtió... esa que traicciona sus ideales de inocencia, esa mujer que no deja que otro pequeño entre en su vida...

Corre niña hermosa, corre a esconder ese dolor, te veo desfallecer minuto a minuto... te oigo en las noches como desbocas tu dolor a gritos, mientras esta mujer que soy intenta acallar tu voz que la atormenta, recordandole lo que hara... Solo mi silencioso corazón te escucha, oye tu dolor una y otra vez...

Con cada grito, la niña se aleja más de mí, siento como su corazón, ese que era mio hasta esa tarde lluviosa, se va helando, se hiela el alma de mi niña, arde con un fuego helado lo hiela todo, ya no queda nada de esa niña... solo el olvido.

Adios mi niña, adios mi tierno tesoro, adios ingenuidad, adios incocencia, adios por siempre... siempre tendré el recuerdo de tí, esa que siempre fuí... hasta esa tarde lluviosa...

Y ahora esta mujer que soy... pide tiempo a solas con el resplandor de mi mente, para huir de mi alma cautiva ahora de mis propias decisiones...

En este momento siento miedo, miedo de no saber en quien me estoy convirtiendo, en que persona me convertire...

Pero ahora, más que nunca... apesar de todo este miedo, siento el amor de mi ángel, le sigo recordando, le veo le siento... no le tengo, pero al menos sé que sigue presente en mi corazón, que no se fue con la niña que fui...

Mi corazón me dice que ahora vivo por él, mi razón indaga el por que de poder seguir asi... amandole como nunca, y sintiendole lejos como siempre... Y la mujer en que me estoy convirtiendo sabe que él es mi credo, que el es mi vida, y mientras no esta a mi lado, la melancolía me abraza recordando el poruqe de amarle tanto...